Oremos... Padre y Dios nuestro, concédenos iniciar con el santo ayuno cuaresmal un camino de verdadera conversión y de afrontar con la penitencia la lucha contra el espíritu del mal. Te lo pedimos en nombre de tu Hijo Jesús. Amén.
“El
Evangelio de hoy indica los elementos de este camino espiritual: la oración, el
ayuno y la limosna (Cf. Mt 6, 1-6. 16-18).
Los tres comportan la necesidad de
no dejarse dominar por las cosas que aparecen: lo que cuenta no es la
apariencia; el valor de la vida no depende de la aprobación de los demás o del
éxito, sino de cuanto tenemos dentro [...]
Una vez más la Cuaresma viene a
dirigir su llamamiento profético, para recordarnos que es posible realizar algo
nuevo en nosotros mismos y en torno a nosotros, simplemente porque Dios es fiel,
es siempre fiel, porque no puede renegar de sí mismo, porque es fiel y sigue
siendo rico de bondad y de misericordia, y está siempre dispuesto a perdonar y
volver a comenzar de nuevo.
¡Con esta confianza filial, pongámonos en camino!”
(Papa Francisco, Miércoles de Ceniza, 2014).
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