APRENDER A ENSEÑAR
Reflexión
inspirada en el evangelio según san Marcos 1,21-28
“No enseñaba como los letrados sino con autoridad.”
El modo de enseñar de Jesús provocó en
la gente la impresión de que estaban ante algo desconocido y admirable. Lo
señala la fuente cristiana más antigua y los investigadores piensan que fue así
realmente. Jesús no enseñaba como los «letrados» de la Ley. Lo hacía con
«autoridad»: su palabra liberaba a las personas de «espíritus malignos».
No hay que confundir «autoridad» con
«poder». El evangelista Marcos es muy preciso en su lenguaje. La palabra de
Jesús no proviene del poder. Jesús no trata de imponer su propia voluntad sobre
los demás. No enseña para controlar el comportamiento de la gente. No utiliza
la coacción ni las amenazas.
Su palabra no es como la de los letrados
de la religión judía. No está revestida de poder institucional. Su «autoridad»
nace de la fuerza del Espíritu. Proviene del amor a la gente. Busca aliviar el
sufrimiento, curar heridas, promover una vida más sana. Jesús no genera
sumisión, infantilismo o pasividad. Libera de miedos, infunde confianza en
Dios, anima a las personas a buscar un mundo nuevo.
A nadie se le oculta que estamos
viviendo una grave crisis de autoridad. La confianza en la palabra
institucional está bajo mínimos. Dentro de la Iglesia se habla de una fuerte
«devaluación del magisterio». Las homilías aburren. Las palabras están desgastadas.
¿No es el momento de volver a Jesús y
aprender a enseñar como lo hacía él? La palabra de la Iglesia ha de nacer del
amor real a las personas. Ha de ser dicha después de una atenta escucha del
sufrimiento que hay en el mundo, no antes. Ha de ser cercana, acogedora, capaz
de acompañar la vida doliente del ser humano.
Necesitamos una palabra más liberada de
la seducción del poder y más llena de la fuerza del Espíritu. Una enseñanza
nacida del respeto y la estima positiva de las personas, que genere esperanza y
cure heridas. Sería grave que, dentro de la Iglesia, se escuchara una «doctrina
de letrados» y no la palabra curadora de Jesús que tanto necesita hoy la gente.